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Inauguran Jardín Memorial en el parque Cuscatlán

En el acto de apertura se desvelaron tres esculturas que representan: la desaparición, la búsqueda y el reencuentro.

El Jardín Memorial en Conmemoración a la Niñez Desaparecida del Conflicto Armado en El Salvador (1980-1992) fue inaugurado por los ministerios de Cultura y Relaciones Exteriores, Pro-Búsqueda, PNUD, ONU Mujeres, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, el Fondo de las Naciones Unidas  para la Consolidación de la Paz y las comisiones nacionales de búsqueda CONABÚSQUEDA y CNB, este 19 de abril.

La creación del espacio —contiguo al Monumento a la Memoria y la Verdad en el parque Cuscatlán— constituye una medida de reparación incluida en la sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por el Caso Rochac Hernández y Otros Vs. El Salvador (octubre de 2014. Fondo, reparaciones y costas). 

Dicha sentencia hace alusión a la desaparición forzada de los niños: José Adrián Rochac Hernández, Santos Ernesto Salinas, Manuel Antonio Bonilla y Ricardo Abarca Ayala, así como de la niña Emelinda Lorena Hernández, ocurrida entre 1980 y 1982, y manda medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición encaminadas a un proceso de reparación integral, donde la cultura y el arte son partes inherentes.

“El objetivo de este jardín memorial es evidenciar lo ocurrido para que algo así no se vuelva a repetir, ni aquí ni en ninguna parte del mundo, y ante las familias de niños desaparecidos constituye una acción de reparación y dignificación de la memoria de sus víctimas, como del incansable trabajo de búsqueda”, expresó el viceministro de Cultura, Eric Doradea. 

En el acto se encontraban familiares de niños desaparecidos, entre los que destacaban Sebastián Rochac, hermano del niño José Adrián Rochac, quien fue localizado en 2023 y logró reunirse con sus hermanos, ya que sus padres habían fallecido; y Amparo Salinas, hermana de Santos Ernesto Salinas, quien sigue desaparecido.

“Este día estamos inaugurando, por fin, el monumento que recuerda a nuestros hermanos, hermanas, hijos e hijas, arrancados de sus familiares en la guerra de los 80. Es un momento de gran importancia porque representa todo lo que sentimos los familiares y que de distinta forma se ha querido ocultar. Queremos que la juventud se dé cuenta de todo lo que pasó, que pregunten por qué está el monumento, por qué se llevaron a los niños y niñas, que busquen la respuesta cuando nosotros ya no estemos”, manifestó la señora Amparo Salinas.

Por su parte, Sebastián Rochac hizo un llamado a las autoridades y organizaciones a continuar el trabajo de búsqueda. “Pedimos a todos los que nos acompañan a no desmayar en el propósito de dar con el paradero de nuestros familiares. Se nos ha dado muestra de que cuando se quiere se puede, ya que hay familias que han tenido el privilegio de reencontrarse con sus seres queridos”, dijo el hermano del niño que fue encontrado de adulto y que da nombre al caso ante la Corte IDH, gracias al esfuerzo de su padre que lo buscó incansablemente hasta la muerte.

El jardín memorial tiene en su interior tres esculturas del artista Roberto Anzora que representan: la desaparición, la búsqueda y el reencuentro, temáticas que surgieron de las consultas realizadas desde 2017 a familiares de las víctimas en comunidades de San Salvador; Suchitoto, Cuscatlán; Tecoluca, San Vicente; Guarjila, Chalatenango, y Quebrachos, Morazán. 

“Este es un espacio cocreado con las familias de las víctimas. Más de cien personas han participado en las consultas expresando sus intereses, sus deseos, con los colores, con las plantas, con las flores, con todos los detalles en las esculturas. Queremos que sea un jardín para todos los que quieran venir a recordar y rendir homenaje a estos niños y niñas”, dijo, entre lágrimas,  la representante residente de PNUD, Maribel Gutiérrez.

De acuerdo a estadísticas de la Asociación Pro-Búsqueda, para el año 2023 se contabilizaron 1038 casos de niños y niñas desaparecidas. Este dato indica que la práctica fue sistemática y una consecuencia directa del conflicto armado.

Debido a que los daños ocasionados a las familias de los niños desaparecidos son heridas emocionales vigentes, el espacio tiene por objetivo evidenciar los casos de la niñez desaparecida durante el conflicto armado, la reparación y dignificación de su memoria, así como visibilizar el trabajo de búsqueda.

A diferencia de la desaparición forzada de adultos, los niños pudieron haber tenido múltiples destinos: adopciones, apropiaciones, tráfico ilegal, orfanatos o fallecidos, entre otros. Por tanto, existen posibilidades de que estos se encuentren con vida y la búsqueda es una lucha que sigue presente en las familias que sufren las consecuencias de este fenómeno.

El jardín memorial tendrá un carácter permanente, pero al mismo tiempo será un espacio vivo, puesto que la incorporación de plantas y flores es una metáfora de cómo se mantiene viva la esperanza de los familiares por encontrar a sus desaparecidos.

El acto inaugural fue presidido por la representante residente de PNUD, Maribel Gutiérrez; la directora de Pro- Búsqueda, Ana Julia Escalante; la directora Ejecutiva de las Comisiones Nacionales de Búsqueda, Elsy Flores; el viceministro de Cultura, Eric Doradea, así como los señores Sebastián Rochac y Amparo Salinas en representación de los familiares de las víctimas.

El proyecto fue coordinado por la Dirección Nacional de Museos y Salas de Exposición a través de la Unidad de Investigaciones de Memoria del Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA).

Publicado el 19-04-2024.

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