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“Horizontes”, de Astrid Suárez, engalana la Sala del Aeropuerto Internacional

La exposición estará disponible las 24 horas del día, desde el 8 de marzo hasta el 10 de abril del corriente, para el público que transita por el Aeropuerto Internacional. La entrada es gratis.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el Ministerio de Cultura inauguró la exposición “Horizontes”, de la artista Astrid Suárez, este 8 de marzo, en la Sala de Exposiciones del Aeropuerto Internacional de El Salvador.

“La cultura en El Salvador cuenta entre sus protagonistas a muchas mujeres que han contribuido a sentar sus bases, fomentarla, preservarla y promoverla. Por eso, en este Día Internacional de la Mujer, que se conmemora alrededor del mundo bajo el lema ‘Financiar los derechos de las mujeres: acelerar la igualdad’, hemos querido abrir esta exposición que es al mismo tiempo para una de nuestras grandes artistas, Astrid Suárez, un homenaje”, manifestó la ministra de Cultura, Mariemm Pleitez.

En su arte, la artista documenta y resume la identidad nacional salvadoreña vista en imágenes; paisajes tropicales desde un punto de vista personal, ya que su iconografía no consiste solo en representarlos fielmente, sino en constatar los valores culturales del entorno que se pueden llegar a perder.

“Aquí podrán ver diferentes años de los cuadros, que son diferentes etapas de mi vida”, dijo la expositora.

Suárez añadió: “Agradezco por haberme elegido para participar en esta maravillosa exposición para que sea apreciada por el público extranjero y que vean lo bueno que El Salvador tiene”.

La exposición está conformada por 21 piezas (14 pinturas y 7 cerámicas). En las pinturas se aprecian orquídeas, el mar, el árbol nacional, montañas, lagos, volcanes, ríos y flores, entre otros. Las cerámicas, algunas en forma de jarrones, oscilan entre los 70 centímetros de alto y 127 centímetros de diámetro.

Los colores vivos de sus cuadros están pintados con óleo sobre tela, una de las técnicas que domina la artista salvadoreña.

La muestra fue curada por la Dra. Astrid Bahamond, directora nacional de Museos y Salas de Exposición del Ministerio de Cultura.

Astrid Suárez

Destacó desde su adolescencia la habilidad para el dibujo, lo que la llevó a estudiar por seis años en la Academia de Dibujo y Pintura Valero Lecha; luego, viajó a México para perfeccionar sus conocimientos.

Suárez domina varias técnicas, como pirograbado, óleo, acrílico, tinta china, pastel, acuarela, espátula y cerámica, tanto china paint como stoneware y caolín. También ha trabajado la técnica muralística. Además, se dedica a la recuperación étnica, mística, cultural, paisajística y sincrética religiosa.

Comenzó a exponer en los años setenta. Desde entonces, ha realizado aproximadamente 150 exposiciones, tanto individuales como colectivas, en el país y en el extranjero.

La naturaleza ha formado parte de sus entornos preferidos, ya que ella representa en sus colores la perfección. Considera que el medioambiente está siendo depredado por el hombre; por ello, sus lienzos son un testimonio de esta situación.

Durante su carrera profesional ha sido jurado en numerosos concursos, promotora de la Casa del Arte de El Salvador, asesora del catálogo de la Asociación de Artistas Plásticos de El Salvador (ADAPES) y del libro “Cien años de pintura en El Salvador”, administradora de la galería del hotel Camino Real en 1990, Cofundadora de la galería Gemas, presidenta de ADAPES, coordinadora de la Segunda Bienal de Pintura Centroamericana en El Salvador y del Encuentro Regional de Asociaciones de Artistas Plásticos (en Suchitoto), maestra de cerámica y porcelana de varios talleres, presidenta de la Federación Centroamericana de Artistas Plásticos (FCAAP), así como fundadora y coordinadora de Arte y Mujer.

Su obra forma parte de las colecciones de la Asamblea Legislativa, el Museo de Suchitoto, el hotel Camino Real, la Embajada de Corea, las pinacotecas de las universidades de El Salvador y Don Bosco, así como de numerosas colecciones privadas. Algunos de sus murales se encuentran en ciudad de Guatemala, así como en algunas residencias de El Salvador.