En la trigésima edición de los Juegos Florales de Sonsonate, en la rama de Cuento, el ganador fue Carlos Rodrigo Maida con la obra “Martínez Kampf”, presentado bajo el seudónimo Hermann Jorst.
“Martínez Kampf es un relato que trata sobre Max Schneider, un alemán que vive en El Salvador de los años treinta en momentos en que se experimenta un clima político favorable al desarrollo de tendencias nacional socialistas”, amplió Maida.
“Sin embargo, en un momento de la historia en que no todo es lo que parece, el mundo del espionaje y la misión a la que está encomendado lo llevarán a tomar decisiones en las cuales no existen garantías de retorno”, añadió el autor.
Maida es profesor, narrador y ensayista. Ha escrito cuentos, ensayos, poemas y otros materiales que han aparecido en diversas publicaciones de países como Chile, Perú, Colombia, México, Estados Unidos y El Salvador.
Ha recibido varios reconocimientos, entre ellos, el primer lugar en el Concurso de Cuentos de Fútbol organizado por el periódico El Gráfico y la Secretaría de Cultura de la Presidencia (2012), el premio en el certamen de ensayos Matilde Elena López, llevado a cabo por el Departamento de Letras de la Universidad Nacional de El Salvador (2017), y el premio de los XXVII Juegos Florales de Santa Ana en Cuento (2019).
Ha sido incluido en distintas recopilaciones literarias, como la “Antología del relato del videojuego” (Cinosargo Editores), “The colour of Saying: a creative writing competition in celebration of Dylan Thomas” (The Seventh Quarry Press) o “A lo profundo de Kusch: tras una ontología latinoamericana” (Editorial Nueva América).
Cuenta con un diplomado de la Escuela de Música en la especialidad de Guitarra Clásica concedido por el Centro Nacional de Artes (CENAR), lo que le ha permitido desempeñarse como profesor de música durante más de una década.
Se graduó con honoresen Filosofía por la Universidad Nacional de El Salvador (UES) y obtuvo el grado de maestro con cum laude en Filosofía Iberoamericana por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
Ha sido investigador asistente en el Centro de Estudios sobre Universidad y Educación Superior (CEUES) de la UES y miembro del Seminario Internacional de Metafísica y Ontología (SEMEyON) de la Universidad de Santo Tomás, con sede en Bogotá, Colombia. A nivel universitario, ha impartido seminarios y se ha desempeñado como docente en las cátedras de Lógica e Introducción a la Filosofía.
(Fragmento)
…Fue exactamente en aquellos días que siguieron a mi compromiso con el círculo de espionaje alemán en el exterior que empecé a tener una pesadilla recurrente. No tengo ni la más mínima idea de por qué sucedió así, pero juro que es verdad. Me veía a mí mismo contemplando el mar en un día particularmente soleado. Tal vez se trataba de una playa centroamericana tal y como lo había dicho Kraske en su discurso. Incluso me miraba a mí mismo con ropas de verano, pero en un abrir y cerrar de ojos el mar se había vuelto violento, el cielo se había nublado, mis ropas ya no eran la de un turista en época de verano sino la de un soldado del imperio germano en la Guerra Mundial. Aquello no tenía sentido. En especial cuando desesperado me llevaba las manos a la cabeza, y descubría con horror que llevaba puesto un Pickelhaube, sí, esos famosos e inconfundibles cascos prusianos con un pincho en la parte superior. Sigo sosteniendo que aquello no tenía cabo ni rabo porque nosotros ya no usábamos esos cascos sino los Stahlhelme que resistían mejor a las esquirlas. Con todo, lo peor estaba aún por suceder: de aquel mar revuelto cubierto por nubes que vomitaban relámpagos, surgía una masa de cadáveres de todas las edades, de todos los colores. Antes de despertarme en medio de sudores y gritos ahogados, notaba que el mar se había puesto literalmente rojo y que de sus profundidades brotaba como en sordina los ecos de una música que por su tonadilla alegre resultaba profundamente desconcertante…