El Salvador y Colombia presentaron su talento a través de tres jóvenes solistas en la rama de música clásica.
La Orquesta Sinfónica de El Salvador (OSES) continúa deleitando al público salvadoreño con su temporada Ludwig van Beethoven: El Libertador de la Música, Ciclo Sinfónico Integral.
El séptimo concierto, titulado “La apoteosis de la danza”, se llevó a cabo el jueves 1 de julio, en el Teatro Presidente.
Como parte del programa sinfónico, la OSES interpretó el “Concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta en do mayor (Triple concierto), op. 56” (1803), que incluye una animada polonesa en el Rondó a la polacca.
Para esta obra se presentaron tres solistas invitados: el violonchelista colombiano Diego Hernández Vidal, y los salvadoreños Gilberto Reyes (violín) y William Gómez (piano).
Como una sorpresa para el público, los tres solistas interpretaron también el “Pasillo corcheitas”, del compositor colombiano Carlos R. Ordóñez.
“Un pasillo es un ritmo típico de Colombia, folclórico de las montañas y se llama corcheitas porque es la figura predominante a lo largo de toda la pieza. Una obra bastante graciosa, espero que la disfruten”, anunció el violonchelista colombiano.
Para cerrar la velada sinfónica dirigida por el maestro Martín Corleto, la brillante “Sinfonía n.° 7 en la mayor, op. 92” (1811), invadió el teatro capitalino.
“Aunque no incluya bailes concretos, es un monumento al ritmo mismo, al movimiento extático como esencia de la danza. Richard Wagner la llamó ʻla apoteosis de la danza, la divinización, la deificación del baileʼ”.
El público que asistió al Teatro Presidente cumplió con el control de temperatura y la desinfección de manos previo a su ingreso, medidas de bioseguridad requeridas en cada espectáculo; además, el equipo de acomodadores del teatro acompañó e indicó el asiento a cada espectador, para asegurar con ello la distancia física adecuada.
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