Las participantes disfrutaron de dinámicas, improvisaciones, ejercicios de relajación, concentración y estiramientos, entre otras técnicas usadas en el teatro.
Entre risas, juegos y baile aproximadamente 20 mujeres adultas y adultas mayores de la Unidad de Género de la Procuraduría General de la República (PGR) disfrutaron del taller Cuerpos Conscientes, impartido por la Escuela de Teatro del Centro Nacional de Artes (CENAR), este 24 de mayo.
La actividad estuvo a cargo de Diana Bonilla, coordinadora de la Escuela de Teatro del CENAR, con el apoyo de Becky Marroquín, una joven recién graduada del Diplomado en Actuación del centro de estudios.
“El taller de teatro de ahora está enfocado al autocuidado, que se trata sobre cuerpos conscientes, y se toman las claves básicas del teatro, que es el trabajo en equipo, el desbloqueo, el juego y también reconocer mis capacidades corporales a través de la expresión oral y expresión corporal”, expresó Bonilla.
Asimismo, la facilitadora explicó que el taller tiene la finalidad de brindar un espacio lúdico para mujeres de círculos de fortaleza que han vivido violencia. “Desde la Escuela de Teatro buscamos que se puedan construir espacios para una contención a las mujeres y que se permitan la libertad”, dijo.
Como parte del taller, las participantes realizaron juegos y ejercicios de voz relacionados al teatro para concentrarse en su cuerpo, a la respuesta del estímulo de la improvisación y del trabajo en equipo.
Según Bonilla, este tipo de ejercicios contribuyen a reconocer la importancia de tener un mejor manejo del estrés y la fatiga para mejorar la relación con el cuerpo e identificar la necesidad del descaso y de actividades creativas que contribuyan a un crecimiento integral y constante.
“El taller es fuera de serie porque estuvimos haciendo cosas que usualmente no hacemos, que tal vez en algún momento nos las han sugerido, como lo que decía Diana de ser como una niña, divertirnos y actuar como niñas”, contó Marta Alicia Martínez, una de las participantes.
Asimismo, Martínez aseguró que todo lo aprendido en el taller “es practicable” dentro de los grupos de apoyo que tiene la PGR.
“Es como volver a nuestros orígenes, de poder entrar en contacto con nosotras mismas, que por la carrera, por el trabajo, por las situaciones de la vida diaria lo dejamos de lado. Es volver y ocuparnos de nosotras específicamente, no ocuparnos de la comida y del trabajo”, puntualizó la usuaria.
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