El Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA) está abierto de martes a domingo, de 9:00 a. m. a 5:00 p. m.
Dos botellas de vidrio que fueron empleadas a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX como biberones para alimentar a los bebés, son la Pieza del Mes del MUNA, que estarán en exhibición hasta finales de marzo.
Los biberones eran una especie de cánulas de hule con un chupón al final. Paralelo a la invención de los biberones, se desarrollaron las primeras fórmulas de leche en polvo que eran pastosas y dulces, las cuales al disolverse dejaban grumos que favorecían el crecimiento de bacterias.
“Estas fórmulas al decantarse en la botella y al pasar por la cánula de hule dejaban residuos que propiciaban la libre multiplicación de bacterias que provocaron la muerte de 8 de cada 10 bebés debido a severas infecciones estomacales. Una publicación norteamericana le denominó el biberón asesino, aún así mantuvo su popularidad hasta 1920”, indicó la arqueóloga Claudia Alfaro, de la Unidad de Investigaciones y Curaduría del MUNA.
Estas botellas se inventaron en plena época victoriana, debido a la alta demanda y los altos costos de las nodrizas en Europa; en 1860, se pusieron a disposición de madres que no poseían la capacidad económica para contratar los servicios de las “amas de cría”.
La investigadora agrega sobre el tema: “Además, algunas nodrizas padecían enfermedades severas, como la sífilis, que transmitían su enfermedad a los niños por medio de la leche o eran usuarias de opio, que era hábilmente escondido; algunas de ellas poseían prontuarios policiales extensos”.
Durante esta época, algunas invenciones tenían el objetivo de mejorar la calidad de vida y al mismo tiempo modernizar la crianza de los hijos; sin embargo, era una forma de distanciar a la madre de su bebé. La publicación de 1873, “Housekeeper and Healthkeeper”, de Catharine Beecher, publicitó con vehemencia el uso de fórmulas artificiales como métodos científicos y modernos de crianza y, gracias a su precio, las botellas fueron rápidamente aceptadas por las familias de clase media.
El espacio de exposición abre de forma gratuita para estudiantes con carnet vigente, personas con discapacidad, adultos mayores y niños menores de 12 años. El costo de entrada para salvadoreños es de $1.00; centroamericanos y extranjeros residentes $3.00, y no residentes $10.00.
Etiquetas: Dirección Nacional de Museos y Salas de Exposición, MUNA
