La galería de arte de la BINAES se mantiene abierta las 24 horas del día para todos los visitantes. La entrada es gratis.
La Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES) inauguró la exposición “Nuestro espacio paralelo”, del artista Esael Araujo Funes, en la galería de arte ubicada en el séptimo nivel del edificio.
“Orgullosamente graduado de nuestro Centro Nacional de Artes, este artista que vive en Alemania desde hace muchos años se ha convertido en un embajador del arte salvadoreño en otros países, pero esta exposición de ahora es un retorno a su origen, y no hablo solo del terruño, sino de su inicio artístico. En 1981, cuando él aún era alumno del CENAR, expuso por primera vez en la antigua Biblioteca Nacional, con una serie que también tenía como base los textiles de estas tierras”, manifestó el viceministro de Cultura, Eric Doradea.
La exposición está conformada por 40 obras en técnica mixta, acrílico, óleo y añil, sobre cobijas, mantas de tortillas, paños y otros textiles artesanales de Panchimalco y San Sebastián, en un homenaje a las costumbres del país.
Asimismo, Doradea destacó que el artista con más de 40 años de trayectoria vuelve en pleno proceso de transformación del país, para exponer en la nueva biblioteca, creada para ampliar las oportunidades de estudio, entretenimiento y aprendizaje de la población.
Por su parte, el expositor dijo que en uno de sus cuadros le pide a la patria la oportunidad de participar y ser parte de ella. “Por muchos años estuve lejos de mi país. La añoranza mata y el desarraigo es muy duro, pero la ventaja que tenemos los artistas es que podemos expresar ese dolor y convertir ese dolor en fantasía y en esperanza”.
Asimismo, Araujo recordó: “Mi primera exposición, en 1981, cuando era estudiante del CENAR, a la directora de la biblioteca de ese entonces le gustaba lo que nosotros los jóvenes hacíamos, cómo pintábamos, y dijo ‘hagamos una exposición en este salón y le ponemos luces’. Y varios compañeros nos entusiasmamos, pero nosotros queríamos ser artistas, queríamos ser pintores y no teníamos materiales, entonces yo le robé dos cobijas a mi mamá, porque cada uno de nosotros (sus hijos) teníamos nuestras cobijas en casa, pero mi mamá guardaba dos cobijas para las visitas y yo pensaba que esas cobijas como estaban guardando no se usaban”.
El artista continuó: “Las ocupé para hacer cuatro cuadros y fueron mis primeros cuadros que pinté profesionalmente en óleo, con lienzo de cobija, y nuevamente ahora vuelvo a la biblioteca con cobijas, después de muchos años, pero ahora con otro sentido, con otra intención, con otro color, con otra fantasía y con muchas ganas de aportarle a la patria, aportarle al país y a las necesidades de nuestro pueblo”.
La exposición ha sido curada por Rolando Chicas, director del CENAR, quien define la exposición como “poesía visual”, en la que dialogan los mundos oníricos del autor, cargados de símbolos expresados mediante un estilo auténtico y propio que se acerca al surrealismo mágico, corriente que también se refleja en la literatura, lo cual se puede observar en los elaborados títulos de cada pintura.
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